La economía naranja comienza a ganar relevancia en el PIB

El sector privado y el público tienen un plan estratégico para volverla referente en Latinoamérica. La industria creativa mueve un poco más de $6 billones al año.

Por: María Camila González/marola@eltiempo.com

Luego de un camino pedregoso, la industria cultural en Colombia está logrando salir de un puesto marginado en la economía nacional para llegar a ser uno de los mercados con mayor potencial. La muestra es, por un lado, el crecimiento que vienen teniendo segmentos como el de la música (9,3%), el audiovisual (15%) o las artes escénicas (29,9%) y, por otro, las iniciativas del sector privado y el público para posicionar a la economía naranja como un referente en la región.

Las cifras del Dane también indican que la industria cultural movió $6,2 billones el año pasado en el país. Y solo en Bogotá, ese mercado generó $2,5 billones en el mismo periodo. Además, entre 2010 y 2016, su participación promedio del valor agregado fue de 1,8% del total del PIB de la capital, eso sin medir el total de los doce segmentos que componen a este nuevo renglón de la economía. Para María Claudia López, secretaria de Cultura de Bogotá, aunque es una industria que apenas está tomando relevancia, los resultados que arrojan las mediciones de la Alcaldía Distrital y el Dane son alentadores.

“En grabación de sonido y edición de música pasamos de unos ingresos de $63.000 millones en 2010 a $122.000 millones en 2016, y eso significó un crecimiento de casi el 94%. En los espectáculos en vivo, el valor también se disparó al punto de que el crecimiento en estos seis años fue del 275%”, le explicó López a Portafolio. Y es que solo este año, Bogotá ha presenciado la llegada de grupos musicales o artistas de la talla de Bruno Mars, Arcade Fire, Aerosmith, U2, The Rolling Stones, Justin Bieber y The Strokes, entre otros. Pero no solo la llegada de artistas mueve la caja registradora de la economía naranja. La producción y la creación la propiedad intelectual está teniendo una mayor importancia, al punto que es materia de exportación.

Por ejemplo, el festival de cortometrajes de Bogotá, Bogoshorts, viene impulsando la industria de los cortos en la capital, y este año lanzó una rueda de negocios para compradores internacionales que quieran reproducir contenido audiovisual colombiano en otros países.

Diana Camargo, la directora de Bogoshorts Film Market, afirmó que es un resultado de la fuerza que está tomando la industria cinematográfica en el país. “Estamos siendo más visibles y somos atractivos. Además, tenemos un sistema legal muy sólido que impulsa la creación de contenido y eso ha cambiado ha cambiado drásticamente las cifras del cine”, resaltó Camargo, quien también agregó que mientras que en los años noventa se exhibía en promedio una película nacional al año, hoy son más de 40 títulos colombianas en cartelera.

Según datos de la Conferencia de las Naciones Unidas (ONU) sobre Comercio y Desarrollo, Colombia pasó de vender en el exterior cerca de US$921 millones productos o servicios relacionados con la actividad cultural en 2003 a US$1.824 millones en 2012. Y sin ir tan lejos, las iniciativas culturales también están siendo una salida económica de personas en condición de vulnerabilidad, como es el caso de Comunidad-es, un proyecto liderado por el Ministerio de Cultura, que busca que la cultura sea una ventana para que estas personas generen ingresos.
Mónica Pulido, la directora del proyecto, contó que estas comunidades, que están repartidas en 24 departamentos, “están creando grupos de teatro, de música y fundaciones, y ya son autosostenibles”, aseguró.

LOS FACTORES A FAVOR
“Todos los factores se están conjugando para que le saquemos provecho a un recurso que es renovable y limpio: el talento”, manifestó Ximena Tapias, presidenta de la Unión Colombiana de Empresas Publicitarias (Ucep) y defensora de este nuevo renglón de la economía. Según Tapias, la aprobación en mayo de la ley de la economía naranja, trae muy buenas noticias para el sector, que estaba a la espera de que el legislativo le diera vía libre a que la industria tuviera un buen empujón. “Todavía falta que la ley se reglamente y que se supere la discusión de la cultura como negocio, pero vamos por buen camino”, aseguró. De hecho, entre representantes del sector público y privado ya están trabajando en un plan estratégico, que en el 2030, aproximadamente, convertiría al país en un referente de producción de contenido en español. “Ya tenemos un clúster en la Cámara de Comercio de Bogotá y ya comenzamos a hacer alianzas con el Sena, por ejemplo, para educar a la gente y mostrarles cómo la industria creativa realmente es una economía rentable”, concluyó.

Tomado de: La economia naranja comienza a ganar relevancia en el pib